Una carta cargada de connotaciones

Estimada señorita:


Desearía con todo mi ser co-
rresponder al afecto que usted me brinda y prote-
gerla como yo creo que se merece por ser la pu-
reza hecha mujer. A vuestro lado me lleva la ru-
ta más hermosa que he conocido. Es grande el pe-
sar cuando estamos lejos, pero saber le convie-
ne que tengo bien guardado para usted, un tro-
feo: mi pertinaz soltería, que entregaré con go-
zo realmente inmenso. Yo quiero su con-
sentimiento para visitarla. Para aumentar mi di-
cha para cubrirla de besos y llegar a sus te-
soros más preciados. En todo esto resumo las me-
tas que siempre he deseado pero también su or-
denada forma de vida es digna de todo mi respe-
to que merece mi profunda admiración. Por esto co-
nocernos íntimamente y nuestras vidas entrete-
jer cuanto antes, es lo mejor para los dos.

Nota: En caso de no aceptar mi propuesta o para entender más claras mis intenciones, le suplico proceda a leer mi carta renglón por medio (uno sí y otro no).

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